Hacía más de un siglo que Kaia "la hechicera de las tormentas" no pisaba el suelo sagrado de Athel Loren. Mucho tiempo había pasado desde que, desoyendo a su padre, uno de los Aedas más influyentes de la Estirpe de Yenayla (los Tejedores de Encantamientos), abandonó su prometedor futuro para seguir a Scarloc en sus locas aventuras a lo largo del Viejo Mundo en busca de nuevos bosques sagrados.
No puede decirse que hubiera progresado mucho en su formación mágica, pero indudablemente recorrer todas las arboledas primigenias fuera de los límites de su tierra natal a través de la Senda Secreta le concedía un aura de sabiduría muy a tener en cuenta. Fue la propia Naieth la Vidente quien reclamó su presencia en el Claro del Rey, junto con los principales Aedas del Bosque.
Un nuevo territorio virgen había sido hallado más allá de los Mares del Caos. La fuerza de la naturaleza era poderosa allí. Los vientos de la magia soplaban con intensidad y la comunión con los espíritus del bosque surgía espontáneamente. Todo parecía mantenerse como debió ser en la era de los Ancestrales.
Desgraciadamente, si Kaia lo había percibido, otras razas no tan respetuosas con las energías vitales habrían hecho lo mismo... a no mucho tardar, todas esas especies menores comenzarían sus disputas por algo que sus cortas capacidades no llegarían jamás a entender, destruyendo su valor antes siquiera de saber por qué estaban allí.
Ésta era la misión que Naieth reclamaba al consejo: una aventura más allá de las fronteras de Athel Loren
Me encanta la foto, te ha quedado muy bien :)
ResponderEliminarMuchas gracias!
ResponderEliminarAún no hemos tenido tiempo de montar esto en condiciones, pero la idea es llenarlo de imágenes de miniaturas pintadas por los participantes
Un nota en halcón sobrevuela el aquelarre de abuelas en camisón?!
ResponderEliminarEs Thalandor cenutrio.
ResponderEliminarUn mago de nivel 3 que montaba en Gwandor, un águila gigante negro.
Tampoco pretendemos que te conozcas la historia de otras razas, porque para ello hay que mirar más allá del ombligo pelusón asur...