El Caos no tolera el fracaso

Los repetidos fracasos de Lord Kurald no han pasado desapercibido para los poderes ruinosos. Los dioses del Caos no toleran el ridículo, y el pretencioso Señor de la Hueste de las Tinieblas ha recibido la justa recompensa por su ineptitud... ¡quedando convertido en un baboso engendro del Caos!

Las tropas del Caos se han dispersado en total confusión por el archipiélago, abandonando los territorios conquistados y esparciéndose por las islas cercanas, donde han encontrado rápido acomodo sometiendo a pequeñas tribus o incluso arrasando otros lugares en un vano intento de recuperar su prestigio perdido...

Y claro, tanto territorio desprotegido ha sido objeto de rapiña por esos roedores moradores del inframundo, que rápidamente han aflorado a la superficie reclamando estas tierras como suyas y alardeando de haber expulsado a toda una legión de guerreros del caos...

¡La rata cornuda ha llegado a la isla!